San Pedro de Atacama es la estrella: ahí tienes de todo para hacer y lo mejor es pasear por el pueblito. Es precioso, tiene buenos restaurantes y seguro lo disfrutas.

En San Pedro no te vas a aburrir ni medio segundo. Te cuento lo esencial:

• Valle de la Luna: sí o sí. Vas al atardecer y parece que estás en Marte con colores naranjas, rosados, todo muy wow.

• Lagunas Altiplánicas: Miscanti y Miñiques son dos espejos de agua a 4.000 metros de altura. Son heladas pero hermosas.
  
  

• Géiseres del Tatio: hay que madrugar heavy (tipo 4 AM), pero ves columnas de vapor salir del suelo al amanecer. Impresionante.
  
  

• Termas de Puritama: después del frío de los géiseres, te vas a relajar a unas piscinas naturales calentitas entre cañones. Un sueño.
  
  

• Salar de Atacama: ves flamencos, paisajes surrealistas y lagunas que reflejan el cielo como si fuera un espejo.
  
  

• Laguna Cejar: ¡Es lo máximo! Está en pleno Salar de Atacama, y por la cantidad absurda de sal que tiene, flotas como en el Mar Muerto. Literal, te tiras de espaldas y ni te hundes. Además, el color del agua es turquesa intenso y alrededor todo es blanco por la sal cristalizada, así que las fotos quedan nivel postal. Eso sí, prepárate: después de salir, quedas como empanizado de sal, pero vale totalmente la pena. 
  
  

• Piedras Rojas: montañas y lagunas color turquesa y rojo. Parecen editadas de lo perfecto que se ve todo.
  
  

• Observatorio astronómico: si te flipa mirar estrellas, este es el lugar. El cielo es tan limpio que ves la Vía Láctea como en las fotos de NASA.
  
  

Extra: pasear por el pueblito de San Pedro en bicicleta también es un plan. Calles de tierra, tienditas de artesanía y unas terracitas para tomar pisco sour mirando el desierto. Puedes ahí mismo arrendar unas bicicletas y será un planazo para el día.