
¡Viaje a Machu Picchu!
Hace unos años, hice un viaje increíble a Machu Picchu con mis amigas y fue una aventura que nunca olvidaré. Primero, nos quedamos en el Loki, que es un hostel súper divertido y lleno de buen rollo. La vibra era genial, y nos encantó conocer a otros viajeros.
Hace unos años, hice un viaje increíble a Machu Picchu con mis amigas y fue una aventura que nunca olvidaré.
La primera parada fue en Cusco, nos quedamos en el Loki, un hostal muy ondero y súper divertido.
El Loki es un hostal muy juvenil, en donde los jovenes están de fiesta prácticamente todo el día, lo pasamos muy bien. Luego de unos días de entretención, partimos con el recorrido más importante: El Inka Jungle, camino a Machu Picchu.
Inka Jungle

Día 1:
Empezamos el tour un poco antes de las 6 a.m., y desde el primer momento nos recogieron y nos llevaron al Abra Málaga, donde comenzó la bajada en bicicleta. ¡Qué emoción! Después de unas tres horas de descenso, disfrutando de paisajes espectaculares y distintos pisos altitudinales, llegamos a Huamanmarca. Fue un buen momento para relajarnos antes de continuar en bus hacia Santa María, donde nos esperaba un almuerzo delicioso en un restaurante local. Esa misma tarde, aprovechamos de hacer algo distinto y nos lanzamos con un buen Rafting (aunque tenía un precio adicional), fue una experiencia muuuuy divertida. Al final del día, llegamos a nuestro alojamiento rústico en medio de la montaña.

Día 2:
El segundo día comenzamos la caminata por un antiguo camino inca. La ruta estaba repleta de cascadas, riachuelos y plantaciones de frutas. Vimos aves exóticas y una variedad de plantas increíbles, además de la aventura que te pusieran un mono en la cabeza. Por la tarde, llegamos a nuestro hostal, donde aprovechamos para pasarlo bien ya que nos tenían una mini fiesta organizada con el grupo.
Día 3:
El tercer día fue de pura historia. En la mañana, tuvimos la opción de hacer cánopy, ¡y fue muy divertido! Después partimos ya el recorrido para llegar a Aguas Calientes, pasamos por plantaciones de coca y caídas de agua; y finalmente nos tomamos el clásico tren para llegar a nuestro destino: Aguas Calientes, el pueblo al pie de Machu Picchu. Por la tarde, antes de ir a dormir, aprovechamos nuestra estadía en Aguas Calientes, donde compramos algunas artesanías.

Día 4:
El día final comenzó muy temprano, alrededor de las 4 a.m. Nos preparamos para subir a Machu Picchu, pero con mis amigas tomamos la decisión de subir en bus, así no perdíamos tiempo en la caminada de subida. Por lo que, desde muy temprano estabamos frente a la casilla donde se compraban los ticket y así agarrar el primer bus que iba a la cima. Cuando llegamos, ¡la vista era indescriptible! Tuvimos la suerte de ver el amanecer y luego nuestro guía nos dio un tour por la ciudadela, llenándonos de historia y detalles fascinantes. Después de eso, tuvimos tiempo libre para explorar y tomar fotos.
A la vuelta, si tomamos la escalera de 1,500 escalones y no tomamos el tren de regreso a Ollantaytambo, sino que lo caminamos. Finalmente, nos subimos al bus de vuelta a Cusco.
Fue un viaje lleno de momentos inolvidables y definitivamente quiero repetir la experiencia. Eso si, hay que tener cuidado en dónde se come; a una amiga le dio salmonela y tuvo que regresar a Chile; y muchas se "apunaron" por la altura, por lo que tuvieron un viaje dificil.
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Así poco a poco vamos armando un viaje increible juntando ambas experiencias.
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