Lisboa
Lisboa es una ciudad que encanta desde que pones un pie: colorida, con alma y ese ritmo pausado que te invita a disfrutar. Está llena de cuestas (sí, prepárate para caminar), miradores con vistas alucinantes al río Tajo, tranvías amarillos que parecen sacados de una peli antigua y azulejos en cada esquina.
Aquí va un listado con lo imperdible para hacer en Lisboa:

Alfama: Es el barrio más antiguo de Lisboa, con callejuelas empedradas, ropa tendida en los balcones y un aire nostálgico que se siente en cada rincón. Piérdete sin mapa, escucha fado saliendo de alguna ventana y tómate algo en un mirador con vistas al Tajo.
Consejo: Sube al tranvía 28, es turístico, sí, pero también un clásico. Llévate paciencia, a veces va lleno.

Barrio Alto: De día parece dormido, pero de noche se transforma en el corazón de la fiesta lisboeta. Hay bares en cada esquina, música en vivo y terrazas animadas.
Consejo: No llegues muy temprano, la cosa empieza a hervir sobre las 23:00. Y ojo con las cuestas al volver al hotel.
Miradores (Miradouros): Lisboa está llena de cuestas, pero también de vistas increíbles. Los más top: Miradouro da Senhora do Monte, Santa Catarina y São Pedro de Alcântara.
Consejo: Llévate algo para picar y haz picnic con vistas al atardecer. Hay músicos callejeros y un ambiente brutal.
Time Out Market: Es el paraíso foodie de Lisboa. Imagina un mercado tradicional… pero con puestos de chefs top, cocina local, internacional, dulces, vinos, ¡todo! Es perfecto para ir en grupo porque cada uno puede comer lo que quiera y luego se sientan todos juntos.
Consejo: Ve con hambre y paciencia, porque suele estar lleno. Ideal para picar varias cosas en vez de un solo plato.

Baixa y Rossio: Es el centro más plano y señorial de la ciudad, con calles cuadriculadas, plazas amplias y tiendas por doquier.
Consejo: Pásate por la Praça do Comércio y tómate un café frente al río. Si quieres algo más local, busca una pastelaria fuera del circuito.

Belém: Aquí se respira historia: el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém, y el monumento a los Descubrimientos.
Consejo: No te vayas sin probar los pasteles de Belém en la pastelería original. Hay cola, pero vale la pena.
LX Factory: Una antigua fábrica reconvertida en centro creativo. Cafés, tiendas de diseño, librerías, arte urbano y un ambiente moderno.
Consejo: Ve por la tarde, quédate a cenar ahí y aprovecha para hacer shopping de cosas distintas.
Parque das Nações: Más moderno, con el Oceanário (uno de los mejores de Europa), zonas verdes y paseo junto al río.
Consejo: Si viajas con poco tiempo, puedes saltártelo, pero si te sobra una mañana, es una pausa tranquila del ajetreo del centro.

Rua Nova do Carvalho (la calle rosa): Sí, existe y está en Cais do Sodré. Fue una antigua zona “canalla” y hoy es de las más cool para salir. De día no dice mucho, pero de noche se llena de bares, neones y música.
Consejo: Lleva zapas cómodas porque te vas a quedar hasta tarde. Ah, y en esa calle está el bar Pensão Amor, que es rarísimo y muy divertido.
Otro "must"de Lisboa es ir a Sintra: es una ciudad cerca de Lisboa, en Portugal, famosa por sus palacios de cuento de hadas, castillos en colinas y jardines románticos. Es como entrar en un mundo mágico de historia, arquitectura y naturaleza, ideal para pasear y hacer fotos increíbles.
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Así poco a poco vamos armando un viaje increible juntando ambas experiencias.
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