Split
Split es de esos lugares que se sienten vivos todo el año. Está en la costa de Croacia, bañado por el Adriático, y su rollo es una mezcla entre historia antigua y vida playera relajada.
Lo más top: el Palacio de Diocleciano, que no es solo un monumento... ¡es literalmente el centro de la ciudad! Imagínate calles de piedra, bares y tienditas metidas dentro de un palacio romano.
Además, el paseo marítimo (Riva) está siempre lleno de terrazas donde te puedes sentar con un cafecito o una copa de vino a ver la vida pasar. Si te animas, desde Split puedes tomar barquitos a islas paradisíacas como Hvar o Brac.


Y no es solo playa y sol: si caminas un poquito subiendo el Monte Marjan, tienes vistas panorámicas brutales de toda la ciudad. Es como la versión croata de un "mirador secreto".
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Así poco a poco vamos armando un viaje increible juntando ambas experiencias.
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